Sucede y seduce

Sucede que hay ocasiones en las que alegría y tristeza se alternan o se juntan como en un juego de espejos, la una lleva a la otra tal vez porque van de la mano o simplemente porque de pronto decidimos que es mejor optar por otro camino diferente al ya conocido y transitado.
Entonces seduce ese encuentro y del llanto saltan las palabras mágicas como niñas brincando de la mano de sus madres. Establecer tales encuentros resulta a veces complicado y es probable que se den sin haberlo propuesto, como suceden (y seducen) los llamados azares, las sincronizaciones o ya veremos qué.

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