Carta de auxilio para un ser aparentemente normal

A veces el dolor nos sorprende dentro de la vida. A veces es simplemente esperanza, un puente hacia saber que no estamos solas, a pesar de que parezca lo contrario. Duele, y es necesario sentirlo igual que nos estremecemos ante un paisaje o un cuadro. Pero hasta cuándo la soledad del dolor, hasta cuándo la falta, la ausencia, la terrible ausencia de no saber nada y tener que partir de cero cuando otras tantas antes que nosotras lo han pasado. Por qué no existen caminos ya preparados, no digo pautados pero si al menos bosquejados... y sin embargo sé que precisamente en la pérdida reside la aventura, que si no estuviera sola ahora mismo y no existiera el dolor no estaría aquí escribiendo esto mientras de fondo suena Ludovico Einaudi. 
Sabemos que todo pasa, que toda ilusión de permanencia es solo eso: ilusión de permanencia, que lo real es otra cosa que se resiste a ser definido, controlado, emulado. Por eso no nos vale la experiencia del otro más que para tener un vago reflejo que jamás se parece al nuestro. Es cierto que a veces nos aproximamos, entendemos, sentimos más que empatía y esas "células espejo" se activan hasta ponernos casi en el lugar de la otra persona. Pero cómo conjurar la alegría, cómo activarla desde el aislamiento, desde la sorpresa que tantas veces parece que no llega, de la tensión recibida de la vida misma... ¿Es posible saltar hacia qué sitio?
De la soledad de estos días me llegan ecos profundos de la infancia, recuerdos que se irán borrando con personas que ya no están, papeles que encuentre y que ya no entenderé ni habrá nadie para explicármelos. La astucia del tiempo reside en saber que dependemos de él. Cualquier historia es imprescindible para entender el presente, da igual si es ficción o si es verdadera. Y la mía se pierde en un océano de imágenes y frases sueltas, de fraudes y puertas que no conducen a ningún lado, de ventanas abiertas a imágenes que recuerdo o creo recordar y que con frecuencia se mezclan con el sueño o la voluntad de saber.
Si mi ser es la escritura, y mi fin es encontrar el camino hacia ella, por qué no la sigo, ¿por qué perder el tiempo en actividades inútiles? 
AISLAMIENTO: acción incorregible de seres como yo, que de pronto no saben qué hacen dentro de una vida que no es suya. Acaso no estaría mal un manual de instrucciones para moverse en un mundo que no sea este tan habitual, tan parejito como camisas tendidas en un tendedero. 
Mañana cumplo años. Espero que por fin sea posible caminar por mi propia vía, registrar mis propios viajes, subirme a las vías del tren y no esperar más las vidas de los otros.

Comentarios

Entradas populares